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DESARROLLANDO TU CONCENTRACIÓN

Adopte la costumbre de tomar conciencia de su propia actividad mental. En general, cuantos más pensamientos pasen por su mente, más distraído estará y peor será su concentración.

Si lo deseas, puedes practicar con pequeñas tareas cotidianas, como cepillarte los dientes, comer o escuchar a alguien hablar. Durante cada tarea, utiliza todos tus sentidos al máximo. Haz lo posible por ser consciente de los pensamientos que entran en tu mente. A medida que cada pensamiento entre, reconócelo y libéralo, llevando tu atención de nuevo a la experiencia actual. Con la práctica y el tiempo, la actividad mental se reducirá.

A medida que adquiera más habilidad para concentrarse en tareas pequeñas, su nueva habilidad se transferirá automáticamente a trabajos más importantes. Una vez escuché decir que un genio es alguien que puede mantener la atención en un objeto durante cinco minutos completos sin distraerse. Con suficiente práctica, todos podemos ser genios.

Por otro lado, si no puedes controlar tu mente mientras te cepillas los dientes, te resultará extremadamente difícil controlar tus pensamientos cuando las cosas se pongan difíciles.

La capacidad de mantener la mente tranquila y mantener la atención en una sola tarea es un gran logro en el mundo actual.

Es simple, pero no es fácil

Si tienes una mente muy activa, te bombardearán con pensamientos repetitivos. Estos se han ido acumulando y reforzando con el tiempo. Puede que incluso te hayan condicionado a creer que es bueno estar pensando y analizando constantemente. Sin embargo, la verdad es que una mente hiperactiva te impide prestar plena atención. Abandonas proyectos a mitad de camino. Cuando consigues terminarlos, la calidad de tu trabajo se resiente debido a tu falta de atención. El trabajo deficiente e inacabado genera baja autoestima y estrés. Y, por lo tanto, terminamos enfermándonos, todo por culpa de nuestros pensamientos.