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Capítulo 4

Descubriendo las claves para una buena pareja

Sherlock Holmes, el detective de ficción del siglo XIX, alcanzó tal notoriedad que su nombre es ahora un sustantivo común en el diccionario. Eso es conveniente, porque en este capítulo te voy a pedir que te conviertas en un sherlock en tus citas. Como sherlock, puedes aplicar el enfoque psicobiológico descrito en el capítulo anterior para ayudarte a aprender más sobre tu pareja potencial.

En el capítulo 2, hablamos de las tres fases de investigación. Permítanme recapitular. En la fase de selección inicial, se comprueba si una pareja potencial es adecuada para la relación. Hablamos de esto usando el ejemplo de Milo, cuya niebla de enamoramiento era tan densa que no pudo determinar que era poco probable que Kathy fuera una buena pareja. No habría hecho falta mucho trabajo de investigación para que Milo se diera cuenta de que ella no estaba interesada en una relación seria. Al igual que la fase inicial, la fase de evaluación continua es algo que puede hacer usted mismo. Esta fase implica convertirse en un sherlock y, como tal, es mucho más compleja que la selección inicial. La segunda fase, que analizamos en el capítulo 2, es una investigación más profunda realizada por familiares y amigos.

Puede pensar en el segundo aspecto como el verdadero proceso de investigación, pero no quiero que minimice la cantidad de evaluación que puede realizar usted mismo mientras está saliendo con alguien. No olvide que la primera persona en la jerarquía de investigación es usted. Los demás pueden ayudarlo e incluso salvarlo con su perspectiva más distante, pero usted es el que está en el terreno. En resumen: cuando aplica un enfoque psicobiológico, tiene mucha más información a su alcance. En este capítulo, le mostraré cómo obtener esa información y cómo aprovecharla al máximo en una cita.

Conviértete en Sherlock

Como sherlock, puedes recopilar una gran cantidad de información sobre tu pareja. Hablando sobre la persona promedio, el Sherlock original dijo la famosa frase: “Ves, pero no observas. La distinción es clara”. Aunque comúnmente usamos estos dos verbos indistintamente, observar es un proceso más complejo. Ver es simplemente la función automática de un ojo sano. Observar, sin embargo, es un proceso que requiere un cerebro completamente operativo. Como sherlock, tu poder de observación incluye más que la vista: poner en juego tus otros sentidos, así como tus habilidades verbales, te permite obtener información más completa. Observas detalles que de otra manera pasarías por alto, tal vez detalles que otras personas podrían descartar como intrascendentes. Además, puedes hacer preguntas apropiadas para averiguar más y completar los espacios en blanco.

Sherlock Holmes era conocido por su agudo uso del razonamiento deductivo para sacar el máximo partido a sus observaciones, y tú también puedes sacar provecho de la información que recopiles aplicando la lógica sherlockiana. Con esto quiero decir que puedes utilizar esta información como parte del proceso de evaluación de una pareja potencial. De esta manera, puedes equilibrar los impulsos impetuosos de tus primitivos con una evaluación más disciplinada.

También existen otros beneficios de convertirse en un sherlock. Por un lado, centrarse en el exterior de su pareja le evita parecer que se está mirando el ombligo en una cita. La obsesión por uno mismo es un desincentivo. Además, el sherlocking es una actividad consciente. Como tal, su efecto sobre usted es muy similar al de prestar mucha atención a su propia experiencia interna. Ambos tienen un efecto calmante sobre su sistema nervioso. Quizás lo más importante es que prestarle atención a su pareja le ayuda a sentirse apreciado, valorado y seguro en su presencia. A todos nos gusta ser el centro de atención. Se siente bien.

Debo decir en este punto que si tu pareja potencial tiene la impresión de que estás investigándola, interrogándola o entrometiéndose de alguna manera, es probable que ésta sea tu última cita. A nadie le gusta sentirse como si lo estuvieran observando con lupa. Desafortunadamente, muchas personas se muestran demasiado agresivas en sus primeras citas, solo para perder el interés de la otra persona.

En resumen: no te excedas. Tu trabajo es captar la mayor cantidad de información posible sin que parezca que lo estás haciendo. Recuerda relajar el cuerpo y liberar la tensión muscular; esto te ayudará a dar la impresión de estar interesado, comprometido, abierto y acogedor. Que, después de todo, es lo que realmente eres, ¿verdad?

Observando las pistas no verbales

Es fácil acudir a una cita (o a cualquier situación) con la intención de estar alerta, pero luego nos distraemos en el momento o terminamos observando de una manera muy generalizada. Después, el pensamiento es: “Ahora, ¿qué iba a buscar…?”. Con esto en mente, he elaborado una lista de los tipos de cosas que quieres observar en tu pareja potencial en una cita. Para empezar, las he limitado a pistas no verbales. Tratar de observar todo al mismo tiempo puede hacer que pasemos por alto detalles importantes, por lo que te sugiero que practiques con estas primero.

  • Ojos (color, pupilas grandes y abiertas o pequeñas y contraídas, cualquier pequeño movimiento muscular alrededor de los ojos)

  • Contacto visual (evitación, miradas desviadas, mirada fija, presente y amigable)

  • Boca (comisuras labiales hacia arriba o hacia abajo, cerradas o apretadas, abiertas o relajadas)

  • Expresión facial (subexpresiva o sobreexpresiva)

  • Coloración facial (palidez, rubor)

  • Postura (recta, encorvada, inclinada)

  • Movimientos y gestos (inquietos y espasmódicos o suaves y relajados, golpeteo del pie, giros del cabello)

  • Cabello (color, capas, rizado o liso, de qué lado de la cabeza está peinado)

  • Piel (líneas en la frente o alrededor de los ojos o la boca, líneas de expresión, patas de gallo, descoloridas)

  • Para zurdos o diestros

  • Cuerpo (peso, altura, forma)

  • Aroma (perfume, champú, cuerpo, aliento)

  • Ropa y accesorios (casual o elegante, joyas, piercings, tatuajes)

  • Voz (fuerte o suave, tono modulado o plano)

  • Risa (risita, estridente, frecuente, sincera)

  • Sonrisa (verdadera, falsa, frecuencia)

Por supuesto, esta es solo una lista parcial. La idea es que te familiarices con la lista con anticipación para que tu cerebro esté preparado, por así decirlo, y luego prestes atención a lo que ves en cada momento durante la cita.

Este tipo de observación minuciosa solo funciona si no se juzga. No querrás estar sopesando constantemente los puntos buenos y malos de tu cita, como si estuvieras llevando la cuenta. Pensar “me gusta esto de ti, no me gusta aquello” no te ayudará a disfrutar mientras conoces a alguien, así como juzgarte a ti mismo es una forma segura de distraerte. Además, tu pareja potencial notará tus juicios escritos en tu rostro. También te están observando. Pero no te preocupes, tendrás muchas oportunidades después de que termine la cita para sopesar toda la información que has asimilado, sin juzgar, en el momento.

A medida que vayas perfeccionando tu capacidad de observación, podrás empezar a utilizar las pistas que vayas captando en el momento para ayudarte a ser más receptivo a tu cita. Por ejemplo, si notas que tu cita se pone nervioso cuando le preguntas sobre su próximo examen de abogado, es posible que quieras alejarte de ese tema. O si tu cita entrecierra los ojos, puedes ofrecerte a ajustar las persianas de la ventana cercana. En otras palabras, tu observación cuidadosa te permite ajustar tu propio comportamiento de maneras que no podrías ajustar si no estuvieras prestando tanta atención.

He hecho hincapié en la comunicación no verbal no tanto porque sea más importante, sino porque a menudo se pasa por alto. Sin embargo, no quiero que tengas la impresión de que la forma en que tú y tu pareja potencial se hablan no importa. Obviamente, es crucial. La mayor parte del resto del libro se centra en gran medida en lo que puedes decir y cómo puedes decirlo, así como en cómo escuchar lo que dice tu cita para poder construir una base de comunicación positiva. Así que empecemos por lo básico.

Entrevistando a un socio potencial

Al igual que sucede con las pistas no verbales, las pistas verbales que captas en una conversación son invaluables para ayudarte a determinar si tu pareja potencial es una buena opción. La mayoría de nosotros probablemente pensamos en los tipos de preguntas que se pueden hacer para obtener la mayor cantidad de información posible sobre una pareja potencial. Esto es importante y es un buen lugar para comenzar.

Por supuesto, hay algunos temas obvios y predecibles:

  • ¿Donde naciste?

  • ¿Tienes hermanos y hermanas?

  • ¿Qué tipo de trabajo haces?

  • ¿Cuanto tiempo lleva usted en su trabajo?

  • ¿Cual es tu color favorito?

No pretendo denigrar estas preguntas, porque todas pueden brindar información útil. Algunas son especialmente apropiadas para la fase de selección inicial, cuando buscas información muy básica y quieres ayudar a tu cita a relajarse. Por ejemplo, es posible que quieras determinar desde el principio si una persona es económicamente estable y responsable. Por supuesto, debes hacerlo de una manera que no parezca amenazante.

En cualquier caso, limitarse a lo obvio y predecible a medida que se va conociendo a una pareja potencial es una fórmula infalible para una cita aburrida. Debe perfeccionar el arte de mezclar preguntas más interesantes que permitan conocer más sobre su pareja, cosas que tal vez no descubra si se limita a las preguntas obvias. Por ejemplo, no solo desea saber cuántos hermanos y hermanas puede tener su cita; desea saber su orden de nacimiento y si es cercano a estos hermanos. Conocer la calidad de su relación puede darle algunas pistas sobre el tipo de vida familiar que podría esperar con esta persona si terminan juntos. En los capítulos que siguen, aprenderá más sobre cómo conocer a su pareja potencial, pero por ahora, aquí hay algunas preguntas que puede usar:

  • ¿Qué tipo de cosas hacía tu familia junta cuando eras niño?

  • ¿Quién ha tenido el mayor impacto en tu vida?

  • ¿Quién fue tu maestro favorito?

  • Si pudieras ir a cualquier lugar del mundo, ¿a dónde irías?

  • ¿Cual es tu libro favorito?

  • ¿Cuál es tu actividad favorita del domingo por la mañana?

  • ¿Cuál es el mejor regalo que alguien te ha dado alguna vez?

  • ¿Cómo te gustaría que fuera tu vida dentro de diez años?

  • ¿Qué es lo que más te asusta de las citas?

  • ¿Qué es lo que más te interesa saber de mí?

Cuando haces preguntas como estas, la otra mitad de la ecuación es escuchar las respuestas. Puedes hacer las preguntas más intrigantes del mundo, pero las respuestas solo serán mínimamente útiles para evaluar a una pareja si no sabes escuchar con atención y prestar mucha atención. Eso incluye escuchar entre líneas. Como sherlock holmes, siempre querrás observar las pistas no verbales de tu pareja potencial mientras habla, así como escuchar las pistas verbales sutiles. El siguiente ejercicio está diseñado para ayudarte a hacer esto.

Ejercicio: Escuchar entre líneas

Mientras tu cita habla, ya sea en respuesta a tus preguntas o simplemente diciéndote algo sin que se lo pidas, presta atención a las pistas sutiles. En otras palabras, presta atención al tono y al tenor del discurso, así como al contexto. Pregúntate lo siguiente mientras escuchas a tu cita:

  • ¿Tu cita te dice muy poco?

  • ¿Tu cita te da demasiada información?

  • ¿Tu cita te lleva por mal camino o te da información falsa?

  • ¿Tu cita se vuelve tangencial y lleva la conversación por todas partes?

  • ¿Tu cita habla de personas o eventos para los cuales no había habido presentación previa?

  • ¿Tu cita de repente se detiene o se ralentiza sin razón aparente?

Si escuchas entre líneas de esta manera, no solo conocerás los hechos de la vida de tu pareja potencial, así como sus pensamientos y sentimientos, sino que también obtendrás algunas pistas sobre cómo funciona esta persona en una relación. Exploraremos esto con más profundidad en los próximos capítulos.

Recogiendo pistas

Lo que hemos cubierto hasta ahora en este capítulo podría considerarse como “Sherlocking 101”. Si puedes estar alerta y presente en el momento de tu cita, observando y gestionando tu propia experiencia interna y observando a tu pareja, deberías estar en muy buena forma. Te pondrás en la mejor posición para relajarte y divertirte, y simplemente ver qué puede pasar con tu nueva pareja potencial.

Sin embargo, no quiero dar la impresión de que esto es todo lo que hay que saber sobre las técnicas psicobiológicas. De hecho, a medida que aprendas más sobre este enfoque, verás lo versátil y poderoso que puede ser. Me gustaría darte un par de ejemplos en los que las parejas utilizaron técnicas psicobiológicas de manera eficaz al principio del proceso de citas para resolver un conjunto de pistas confusas o complejas que habrían desconcertado a la mayoría de las personas.

Tobin y Michael tienen su primera cita en un café. Mientras Tobin observa atentamente a Michael, se da cuenta de que los ojos de Michael se desplazan con frecuencia por el lugar. Cada vez que alguien entra, Michael lo mira. Parece un poco grosero. Pero Tobin quiere darle a su cita el beneficio de la duda, así que dice: “Disculpe, ¿está esperando a alguien?”.

Michael da un pequeño salto. “¿Yo? No. ¿Por qué lo preguntas?”

—Bueno, noté que parece que estás vigilando la puerta.

“En absoluto”, dice Michael. “No me di cuenta de que estaba haciendo eso”.

A medida que avanza la cita, Michael ya no mira hacia la puerta, pero Tobin tiene problemas para descifrar las pistas en su rostro. No sonríe mucho y es difícil saber si está aburrido, distante o, en realidad, contento. No obstante, Tobin encuentra a Michael muy atractivo, por lo que sugiere una segunda cita en un lugar más privado. En ese momento, Michael se muestra animado y expresivo y muestra su gran sentido del humor. También le confiesa a Tobin que se lo dijo a su familia hace solo unos meses y que su cita en el café había sido la primera para él.

Como seres humanos, necesitamos señales claras del rostro y la voz de otra persona para sentir que todo está bien entre nosotros. Ya sea que lo hagamos consciente o inconscientemente, buscamos señales que nos permitan saber que estamos en el camino correcto, que nos llevamos bien y que nos entendemos mutuamente. Si alguien tiene un rostro mínimamente expresivo, como en el caso de Michael, podemos sentirnos ansiosos e inseguros en su presencia. Cuando no tenemos suficiente información sobre alguien, la tendencia es llenar los espacios en blanco nosotros mismos. Bajo estrés, que a menudo sentimos cuando salimos con alguien, rara vez asumimos lo positivo; automáticamente pensamos que algo anda mal.

El caso de Tobin es un gran ejemplo de cómo una observación cuidadosa puede salvar una primera cita que, de otro modo, podría haber fracasado. Cuando alguien más podría haberse sentido ofendido o haber sospechado, él pudo deducir, a partir de las pistas que tenía, que Michael merecía una “segunda mirada”. Su presentimiento se confirmó cuando descubrió que Michael simplemente estaba demasiado nervioso (y con razón) en su primera cita.

La investigación también puede funcionar a la inversa, es decir, puedes usar las pistas que encuentres para salvarte de un posible desastre.

Tomemos el ejemplo de Evelyn y Jack. Después de su primera cita, que salió bien, Evelyn lo invitó a ir en bicicleta con ella unos días después. Después de recorrer diez millas, regresaron al apartamento de ella para refrescarse.

Hasta ahora, Evelyn ha prestado especial atención a cómo se ve el rostro de Jack cuando está feliz, cuando está triste y cuando habla de algo que lo enoja. Está obteniendo una base de sus expresiones faciales, gestos y patrones vocales. Por supuesto, todo es nuevo en este momento, pero ya reconoce lo suficiente como para notar que ahora es diferente, mientras están sentados en su sala de estar bebiendo té helado. Él no la mira a los ojos, como lo hacía antes, y parece incómodo.

“¿Y cómo te sientes?”, pregunta ella.

—Bien —dice Jack, cogiendo un libro de la mesa de café, sin mirarla a los ojos—. Ha sido un entrenamiento fantástico.

Evelyn siente que su cuerpo se calienta al interpretar su negación como eso, una negación. Se da cuenta de que algo no va bien, aunque no sabe exactamente qué. Sigue prestando mucha atención, mientras cambia de tema a algo menos conflictivo. “Bueno, cuéntame sobre tu semana”.

—Ha sido extraño, la verdad. —Jack hace una pausa—. Es difícil de explicar. ¿Y tú? ¿Cómo ha ido tu semana?

Evelyn se siente frustrada porque él la ha bloqueado, pero comienza a hablar sobre su trabajo como contadora. En el fondo, se pregunta qué podría estar escondiendo.

Sin previo aviso, Jack la interrumpe a mitad de frase: “¿Estás saliendo con alguien más?”

Evelyn se sorprende. “Eh, no”, dice, y luego agrega, preguntándose si esto es realmente una admisión de su parte, “¿Lo eres?”

“De hecho, una chica con la que solía salir se puso en contacto conmigo esta semana. Fue extraño. No nos hemos visto en seis meses”.

Evelyn asiente. El hecho de que haya dicho “raro” otra vez le indica que esa es la información que estaba ocultando. Ahora se pregunta hasta qué punto está siendo honesto con ella. “¿Es en serio?”, pregunta.

—No, para nada —responde Jack, con una risa aguda que le sugiere a Evelyn que no está siendo sincero—. Salir contigo hace que todos los demás parezcan nada. ¡Eres tan perfecta!

Evelyn siente que se le encoge el estómago cuando él la llama «perfecta». No le parece cierto. Sus propias pistas internas, combinadas con la falta de contacto visual de Jack y su negación, le dejan cada vez más claro que tal vez no pueda confiar en ese hombre. Justo cuando él se inclina hacia delante para darle un beso en los labios, ella extiende la mano para detenerlo.

“No”, dice ella, “no está bien”.

Ella deja en claro que ya no está interesada en salir con él. La razón principal no es que esté saliendo con otra persona. Eso, piensa ella, es normal cuando la gente tiene muchas citas. Su incapacidad para ser franco con ella es lo que la desanima.

Aquí tenemos una situación en la que Evelyn pudo usar su capacidad de detective para identificar un problema antes de que fuera demasiado tarde. Recogió suficientes pistas relevantes para darse cuenta a tiempo de que lo más probable es que Jack le estuviera mintiendo. Si hubiera sido menos consciente, podría haber continuado con una relación en la que fue engañada de maneras hirientes. Se podría decir que no tenía pruebas de que él estuviera mintiendo o de que la iba a engañar. No, no las tenía. Pero en casos como este, donde convergen muchas señales psicobiológicas, normalmente es mejor prevenir que curar. Como mínimo, se le aconsejaría que diera un paso atrás y recabara más información (por ejemplo, si hablan por teléfono, que se fijara en el tono de voz de él mientras comentan lo que pasó entre ellos) antes de salir con más personas.

Reflexiones finales

Recuerda que al principio del proceso de citas, todo el mundo está intentando venderse a sí mismo, incluso tú. Todos queremos agradar. Cuando las personas realmente quieren algo, tienden a mostrar inadvertidamente facetas poco atractivas de sí mismas cuando están bajo presión. Esto es cierto si eres un patinador olímpico que intenta dar lo mejor de sí, un político que intenta lucir bien durante un debate o una celebridad que intenta proteger su imagen pública ante las cámaras. Nuestros cerebros automáticos, nuestros primitivos, son aún más automáticos cuando estamos bajo estrés. A medida que comiences a practicar las técnicas psicobiológicas que he descrito, sé indulgente contigo mismo y con tu cita. La probabilidad de que uno o ambos hagan o digan algo tonto en algún momento es bastante alta.

Por estos motivos, describo esta fase de evaluación continua. No es algo que hagas una o dos veces y llegues a una conclusión rápida, a menos, por supuesto, que descubras algo sobre tu pareja potencial que consideres un factor decisivo. En ese caso, tus esfuerzos habrán dado sus frutos desde el principio y actuarás en consecuencia. De lo contrario, seguirás observando y recopilando información. Y, con suerte, disfrutarás de tus citas, sabiendo que tienes nuevas habilidades que te ayudarán a sentirte más seguro de hacer una buena pareja y conseguir lo que realmente quieres en una relación.